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Lo que el dinero no puede comprar

La donación de órganos siempre me ha parecido una entrañable, a la vez que honrada, actitud del ser humano. Así mismo lo indica el propio nombre: donación. Cuando fallezca, me gustaría que mis órganos todavía útiles fueran utilizados por alguien que los necesite. ¿Acaso se me ocurriría ponerles precio a cada uno de ellos para que los que queden a cargo de mi herencia lo cobren? Ni se me ocurriría. Hace poco, en la serie House of Cards, y sin ánimo de hacer spoilers, el presidente se encontraba muy cerca de morir. Se hacía vital conseguir un hígado nuevo si no quería perder la vida. Había una lista que marcaba el orden de recepción de órganos y una persona muy cercana al presidente movía hilos para que el orden cambiara y el presidente fuera el primero en recibirlo. Así ocurrió y el paciente al que habían mandado a la segunda posición finalmente fallecería. Creo que en esa experiencia ficticia reside la fuerza de mi argumento: la posibilidad de vender un órgano, supone limitar el

¿Estudias o videojuegas?

Nunca he sido fan de la práctica los deportes de élite. De ninguno. Si te descubren un talento desde pequeño y alguien decide “explotarte”, prepárate para vivir un infierno hasta que alcances la cima del deporte en el que eres bueno. Conocí una niña que tenía 6 años y al parecer era un prodigio para la gimnasia rítmica. Su vida como niña normal acabó cuando alguien con expectativas de convertir a esa niña en un talento la encontró. Pasó de ser una niña que iba al colegio, salía de él, merendaba, hacía sus deberes y se iba a la cama… a ser una niña completamente metida en el deporte. Las horas diarias que debía dedicar la niña según los entrenadores para triunfar eran inhumanas para una niña de tan poca edad. ¿Qué ocurrió? A los 14 años la niña se vio obligada a dejar el deporte por falta de ilusión de pasión. La exigencia de la élite había hecho aborrecer a una niña amante de la gimnasia rítmica en un mero robot con fines competitivos. Y eso no es todo, ya que también se habían ca

La ley del silencio

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Callar ante el poder. Ser sumiso ante aquel que sabes más fuerte que tú por miedo a las represalias. Cerrar la boca, tragarse las palabras, morderse la lengua. La cruda realidad de las altas esferas de la sociedad, donde tener éxito es más importante que tener dignidad. Harvey Weinstein es el más claro ejemplo de que hay mundos en los que no es oro todo lo que reluce. Hollywood, el paraíso del cine para los cinéfilos y el lugar donde todos querrían vivir el sueño americana, es en realidad una caja de pandora cerrada con billetes y mentiras, con abusos de poder y arrogancias, que tapan un hedor que en nuestra sociedad actual, no iba a tardar mucho tiempo en ser descubierto. Gracias a nuestro avance como sociedad, dejamos de callarnos ante las injusticias de cualquier índole. Cada vez son más los casos que salen a luz de machismo, sexismo, o cualquier otra forma de abuso sobre una persona. No es que haya habido un boom de malos comportamientos. Nada más lejos de la realidad. Lo

Mujeres y tecnología

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¿Existe una condición genética o biológica que justifique el mayor número de hombres que mujeres en el campo de la tecnología? ¿Acaso el sexo determina las capacidades? ¿Debemos preocuparnos por la desigualdad en cantidad de hombres y mujeres en tecnología y sus ramas? En una reflexión pasada, argumenté que sí consideraba que el sexo determinaba en cierto modo, de forma bastante general, las capacidades y gustos de las personas. Ya sea fruto de la sociedad o de la biología, la realidad es que si tenemos un trabajo de obrero y otro de modista y escogemos a 100 hombres y 100 mujeres, con total seguridad y aunque suene muy estereotipado, acertaremos la elección de la mayoría. Genética y generalmente, un hombre chutará más fuerte un balón que una mujer y una mujer resolverá de forma más rápida e inteligente un problema. Por supuesto que habrá casos en los que ocurra lo contrario, pero con vistas amplias, esos serán los resultados. Creo que las mujeres son más inteligentes que los

Hugh Hefner y “Playboy”: machismo detrás del glamour

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Descubrí hace poco que en Playboy escribían “las mejores plumas” del país. Desconocía por completo los temas que trataba la revista más allá de la desnudez femenina que se escondía entre sus páginas y me atrevería a decir que el 95% de mi generación, también. ¿Qué tipo de liberación sexual vende una revista que sólo es reconocida en la mente del consumidor por el desnudo de la mujer y en la que el jefe ofrece una forma de vida llena de mujeres a aquellos que tienen dinero? La liberación no consiste en que la mujer muestre su cuerpo de manera libre. La liberación consiste en que una mujer se pueda mostrar desnuda sin tener que ser sensual y sexy por ello. Revistas como la Playboy, Interviú o incluso la contraportada del diario As no hacen más que trabajar a favor de la hipersexualización de la mujer. Que una mujer muestre sus pechos no implica que pretenda ser sensual hacia un hombre, no tiene por qué implicar deseo. El hecho de que el cuerpo de la mujer sea visto en la mayoría

Alemania: el dominio de los electores viejos

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Desde que despertó mi interés por la política y, más adelante, me llegó la edad legal para poder votar, siempre me había fijado en el mismo debate a la hora de entender la política en lo que se refiere a “la edad de los votantes”. ¿Debe tener la misma importancia el voto de alguien de 80 años que la de alguien de 30? ¿Cómo influye en un país que la gente mayor tenga ideologías más extremistas que los jóvenes? Hace escasos días y con una fuente que no he conseguido volver a encontrar, leí en una encuesta de una gran compañía un dato revelador: cuanta más formación, menos intención de voto a la extrema derecha. No es casualidad que los jóvenes decidieran que Gran Bretaña debía permanecer en la Unión Europea mientras que los “viejos” optaran por el Brexit. Así se demostró y así se consiguió que una población que tiene toda una vida por delante tenga que “pagar” por el resultado de una votación de personas que ya han vivido la mayor parte de su vida, valga la redundancia. Pero, ¿p

Por qué Europa necesita inmigrantes

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En Europa, a cada año que pasa, las condiciones sanitarias mejoran, se producen avances en la medicina y las personas, de media, son más longevas, con proyecciones que estiman alcanzar en los próximos años hasta los 120 años. Esto no sería un problema si no fuera porque la natalidad sufre un acusado descenso respecto a décadas anteriores, lo cual implica que la población envejezca, se produzcan más defunciones que nacimientos, y el saldo natural de población sea negativo. ¿Le conviene a la Unión Europea esta reducción de población? ¿Se puede salvar esta situación? Tras la Guerra Civil española, la población se encontraba a la baja. La pobreza se instauraba en las calles y las familias ya no podían tener hijos como antaño, donde no era extraño ver familias con 5, 6, 7 u 8 hijos (incluso más). La devastadora crisis supuso una reducción brutal de la población. Hasta que llegó 1986, el año de la llegada masiva de inmigrantes gracias a la entrada de España en la Unión Europea, pasando